miércoles, 30 de noviembre de 2011

WONG KAR WAI

Por: Paola Quintana Tomás. 

La decepción aflora por medio de sus obras. Las distintas puestas en escena descubren la complejidad de su filosofía.  Basta con conocer parte de la trayectoria de un director para poder identificar con facilidad el móvil de su carrera, la razón causante del talento o del fracaso según sean los resultados o claro está, según cuanto logremos identificarnos con las historias que intente recrear.

En los sesentas, el cine francés marcó una pauta importante en el proceso evolutivo de la industria cinematográfica. Sus contenidos poéticos y su relación con la simpleza han hecho de ésta corriente una joya del cine antiguo. Wong Kar Wai rinde tributo a los orígenes de su estilo en sus obras, siendo considerado gracias a ello como el “poeta de la imagen” en alusión a su fina manera de contar las historias y al ritmo que estas mantienen en el desarrollo de la trama. 
Wong Kar Wai nacido en Shanghai, emigró a los 5 años a Hong Kong hablando solo mandarín y shanghainés
Chunking Express (1991), In the mood for love (2000) y My Blueberry Nights (2007) son obras que han marcado la pauta en la trayectoria de Wong Kar Wai. La primera marca los inicios del director y su afán por trasmitir un estilo irónico de la vida y sus mil y una vueltas. La segunda intenta plasmar escenarios y personajes más reales logrando enlazar la simpleza de la vida y los entremeses que pueden ocurrir en una historia de amor. Y en la tercera (película rodada en Hollywood) lo que busca es demostrar versatilidad y experiencia, haciendo uso de patrones utilizados en las dos películas antes nombradas pero esta vez utilizando su talento en un tipo de cine más prometedor, fastuoso y complejo. Un estilo sencillo adaptado a tierras en donde reina el espectáculo.
Existen detalles compartidos en estos tres films. Poseen tramas relacionadas a decepciones amorosas y a la lucha que los protagonistas enfrentan en busca de su tranquilidad por encima de su felicidad. Los personajes afrontan su soledad con la ilusión de lograr encontrar el camino hacia su bienestar. La muerte y el dolor siempre están rondando sus vidas pero ellos luchan por alejarse de esta posible realidad y hacer que  nunca forme parte de sus vivencias.
Wong Kar Wai usa los primeros planos y los planos detalle logrando extraer gracias a ellos la esencia de cada uno de sus personajes y sus respectivas experiencias. Le fascina el efecto que trasmite una imagen desenfocada pues esta da lugar a crear imaginariamente una escala de importancia que para la escena puede tener un objeto de otro. Una singular pero acertada manera de capturar la atención del público y lograr que las historias sean entendidas tal y como él desea que se entiendan.
La música es un detalle que el director maneja a la perfección. Chunking Express presenta canciones rápidas y ligeras que resultan agradables y propicias para cada escena. My Blueberry Nights repite el plato manejando un soundtrack simpático que mezcla músicas rápidas y lentas logrando el equilibrio de una película hollywoodense que está hecha para gustar. Pero In the mood for love es la que se lleva la corona musical. Sus ritmos apacibles logran entrelazar la escena con una canción. La banda sonora es de Nat King Cole, quien destaca cantando en castellano y poniéndole el toque latino y seductor a este film.
In the mood for love es la película que ha causado que desee intimidar más con la trayectoria de Wong Kar Wai. Tony Leung (protagonista) logra despertar una sensación de sufrimiento que toda mujer desea que un hombre sienta mientras la enamora. Su interpretación detalla lo difícil que puede resultar descubrir que eres engañado y enfrentar un proceso de enamoramiento a la vez.
Los boleros en castellano vuelcan la película a contextos más parecidos a una realidad como la nuestra, detalle que no ocurre en los films anteriores. La escena en la que los protagonistas se encuentran en la tienda de fideos es un bocado de chocolate. No hay película que pueda semejar tamaña paciencia y dulzura en el accionar protagónico. Mientras se enamoran, una canción aterciopelada acompaña el proceso (casualmente en My Blueberry Nights se repite esta canción aunque en un ritmo más acelerado y en otra tonalidad).
In the mood for love se desarrolla en Hong Kong en 1962
In the mood for love (conocida en Latinoamérica como Deseando amar), es la séptima película de Wong Kar Wai y la que obtuvo dos galardones del Festival de Cannes: el premio a la mejor interpretación masculina (para Tony Leung) y el Premio de la Comisión Superior Técnica.
Son minutos en donde el espectador desea detenerse en el tiempo, entrar en la trama y disfrutar de cerca el momento. In the mood for love es el resultado del trabajo de un director que mantiene sus raíces asiáticas pero que sitúa la trama en un contexto más occidental, más intenso, más parecido a la realidad.

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